LA ARGENTINA 2014

 

 

 

Subí al auto, preguntó si sabía lo que tenía que abonarle y como me llamaba.

Y habló.

Como solo puede hacerlo un porteño.

El porteño más porteño en mis cuatro viajes a la argentina.

50 años, alto, bien plantado, traje gris, guapo, elegante, coche negro….

 Habla y habla…como habla ¡Dios!

Me llama Carlitos.

No Gallego .... Carlitos.

Salimos hacia el aeropuerto y me siento Gardel.

Carlitos….

El día anterior lo saludé en su estatua de Abastos.

Atravesamos la ciudad, siempre Carlitos.

Me describe los barrios y sus gentes.

Esto es italiano, esto gallego, lo ves Carlitos.

Y sin dejar de hablar, llegamos al aeropuerto.

Fué el último día.

Él último; el mejor recuerdo.

Guapo, elegante, bien plantado.

¡ Solo falta el tango! querido porteño.

ROSARIO

 

Lo prometido es deuda y en Rosario, en el taller de Alfredo Mateos, intenté enseñar a dorar y a gofrar.

Una piel chagren regaló de Argenta, dos librillos de oro de doble capa, paletas y algún hierro.

8 horas y entre medias el almuerzo.

 

 

 

 

Es lo que pedí y lo cumplieron.

 

 

Y al terminar la clase -agradecido- sorteé entre ellos los pocos hierros y materiales que me quedaban.

3 paletas, un florón, la piel de Argenta y dos librillos.

No podian desear mejor destino.

 

 

 

Fueron 4; 4 veces, 4.

Volveré a la Argentina, regresaré a Buenos Aires.

¡Gracias!

 

 

Carlos Rey

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